Qué es el power walking y qué beneficios tiene
Nuestro cuerpo necesita movimiento a diario, dado que la mayoría tenemos trabajos sedentarios y que pasamos una gran parte de nuestro día sentados, es esencial realizar algún tipo de actividad física. Moverse es bueno para los músculos, los huesos, el corazón, los pulmones, mantener un peso equilibrado, pero también para mejorar la salud y el bienestar físico y mental. Incluso la piel se beneficia de realizar deporte de forma regular. Uno de los ejercicios más sencillos y accesibles para todos es caminar. Por eso os queremos hablar de una práctica que cada vez tiene más seguidores: el power walking. Se trata de una práctica que consiste en caminar a un ritmo rápido. Y es que los beneficios de andar a diario son tan positivos como los de practicar running y otros deportes.
¿Cómo practicar el power walking?
Una cosa es dar un paseo a un rimo más o menos rápido y otra diferente es el power walking: caminar deprisa, con pasos cortos, controlando la postura y cambiando de ritmo e intensidad. Hay que contraer el abdomen, mantener ligeramente elevada la punta del pie y balancear los brazos. El control postural es esencial para evitar sobrecargas musculares y proteger la zona de las lumbares: deberás tener la vista al frente, la espalda recta, el pecho elevado y los hombros atrasados.
El power walking consiste en andar a un ritmo alto, ese que casi no te permite hablar. Aproximadamente se trata de llevar un ritmo de 7 kilómetros por hora. Además, deberás mantenerlo durante al menos 45 minutos.
¿Qué ventajas tiene el power walking?
Es una actividad que todo el mundo puede realizar, sin coste económico. Solo es necesario disponer de unas zapatillas cómodas (importante para evitar lesiones), así como ropa deportiva cómoda y preferentemente transpirable para evitar la acumulación de humedad por el sudor. Se puede practicar en cualquier sitio: parque, ciudad, pista de atletismo, campo, playa…
Es una actividad completa y segura para las articulaciones, ya que no existe el impacto que, por ejemplo, sí se existen en el running. Por eso es adecuada para todas las edades. El power walking fortalece las piernas, aumenta la masa ósea, mejora la circulación sanguínea y la capacidad respiratoria, ayuda a disminuir la presión arterial alta, ejercita los músculos abdominales, los brazos y los hombros. Es un ejercicio que ayuda a mantener un peso corporal adecuado, así como a evitar problemas de salud, por ejemplo, disminuye el riesgo de enfermedad cardiaca.
Además de los beneficios físicos, el power walking también tiene beneficios mentales, ya que nos libera del estrés y la ansiedad, evitando así problemas de depresión, aumenta nuestra autoestima y ayuda a combatir enfermedades como el alzheimer y la pérdida de memoria.
Por otra parte, el power walking, como otros deportes, tiene beneficios para nuestra piel: estimula la circulación sanguínea, lo que ayuda a que reciba más oxígeno y nutrientes, y esto se traduce en una piel más radiante y luminosa. Además, al sudar, favorecemos la eliminación de toxinas y suciedad de la piel, evitando así la obstrucción de los poros y la aparición de puntos negros y espinillas. Eso sí, no olvides utilizar protección solar todos los días del año, incluso aunque esté nublado, en las zonas del cuerpo expuestas.
Para conseguir todos los beneficios del power walking te aconsejamos practicarlo de forma regular, al menos 4 o 5 veces a la semana.
